viernes, 31 de diciembre de 2010

Palabras a mi nuevo año



Tengo delante mío todo un nuevo año…nuevo, sin estrenar, para que pueda poner en cada uno de sus 365 días nuevas palabras…
Se me presenta virgen, inocente, blanco, inmaculado y tengo que elegir que colores, que pinceles, que lápices usar para escribir en él…
Se ofrece mudo para que le enseñe las palabras por mi aprendidas en otros años ya vividos, para que lo llene de sonidos, a veces de risas, a veces de llanto…que le de una voz, que lo deje hablar y que lo escuche…
Se abre ante mis ojos como un camino a recorrer que se va extendiendo a cada paso, que cambia de rumbo cuando yo cambio, que me permite volver atrás y recomenzar si equivoco la dirección…un camino que elijo caminar con otros que vienen caminando conmigo, con algunos que quedarán en algún recodo y con algunas personas más que iré conociendo…

Se me regala incompleto para que no me detenga a contemplarlo sino para que trabaje en él, para que lo haga mío…Tengo que elegir día a día que palabras, que colores, que sonidos, que pasos dar… de manera que pueda decir cuando lo entregue al pasado que fue una buena o no tan buena obra, pero obra mía…y eso es lo que importa…
Patricia

sábado, 11 de diciembre de 2010

Mis palabras..sin título

Dedicada a quienes tienen su propio lugar secreto donde soltarse el pelo...

Como lo hacía todas las mañanas se levantó temprano, ordenó su cama y lavó su cara…
Como todas las mañanas, preparó el desayuno, despertó a todos, organizo horarios, despidió a cada uno con un beso…
Como todas las mañanas se vistió minuciosamente alisando cada prenda, se peinó arreglando su cabello en una prolija cola, se calzó los lustrados zapatos bajos, buscó su ordenado maletín, revisó el orden de la casa y abrió la puerta.
Como todas las mañana subió al auto y tomó el mismo camino hacia el trabajo… ahora el semáforo, cruzar la arboleda, pasar frente a la escuela, dar vuelta a la esquina y estacionar bajo el fresno…pero algo no se lo permitió…un impulso la invitó a seguir de largo, y atravesó la avenida, y siguió rodando más allá de las últimas casas, de los últimos semáforos…solo verde y aire…
Detuvo el auto, se bajó y caminó, sin rumbo…aflojó su camisa, se quitó los zapatos que quedaron en el camino, perdió el maletín, se soltó el pelo y corrió…corrió hasta que su corazón amenazó con salirse del pecho…se recostó en el verde colchón y solo miró el cielo…
Lentamente se incorporó, arregló su ropa, buscó sus cosas, se puso los zapatos y peinó su melena desordenada…llegó al trabajo solo con unos minutos de retraso, algunas hebras de hierba en el cabello y un brillo extraño en la mirada…nada había cambiado…solo ella y su aventura que volvería a repetirse muchas veces…
Aunque desde ese día algo llamó su atención….de vez en cuando descubría en alguna otra mujer una rebelde hebra de hierba en el cabello y un extraño brillo en la mirada…
Patricia