jueves, 30 de junio de 2011

Extraña enfermedad...


Siente en su cuerpo los síntomas de una próxima enfermedad…su corazón late más rápido y hasta lo sorprende cambiando de ritmo, su boca se seca y siente calambres en el estómago…parece que su cuerpo es solo temblor…sus piernas apenas lo sostienen y amenazan con aflojarse a cada paso…
La puerta se abre y la ve…sus manos tiemblan y aunque se esfuerce para que su voz suene normal parece que toda esa inquietud corporal se le escapa en las palabras…
Mientras va a su encuentro imagina los diálogos, las acciones, los gestos, pero parado frente a ella ya ha olvidado todo …y siente que todo le da vueltas…otra vez la enfermedad…o será amor??
Patricia
Imagen: Tu y Yo. Alejandro Xul Solar

lunes, 27 de junio de 2011

Palabra...


Primero fue idea, gestos, sonidos…
Surgió del hombre y para el hombre
Nació para hacernos libre, para darnos una voz…
Nació y se llamó PALABRA
…y me atrapó…

Patricia

miércoles, 22 de junio de 2011

Mis obras en palabras: Sol...


sol...

Calor...energía y fuerza...
motor que mueve la vida...
Calor...
Pasión!!!

jueves, 16 de junio de 2011

martes, 14 de junio de 2011

Llorar...un verbo incomprendido...



Instrucciones para llorar. Julio CotázarDejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Y ahora mis palabras...

A ella le gusta llorar, no es que busque motivos para llorar, pero reconoce que a veces llorar es necesario.
A lo largo de su vida le ha tocado vivir situaciones que le producen dolor o profunda tristeza…un dolor que se hace nudo y llega a ser tan real que se palpa, a veces en la garganta, otras en el estómago, o hasta en el mismo corazón…
Dolores que la dejan muda o la hacen hablar demás (esto es muy peligroso porque las palabras que suelen salir en estos momentos no son para nada amables…)…tristezas que la inundan, la acorralan y la convierten en una sombra…
Para esos momentos ella tiene un remedio casero, que no curará los males pero los alivia, una buena medicina que no cuesta nada: LLORAR…
La primera mejoría que nota es instantánea ya que parece que con las primeras lágrimas se abre una puerta, y es a través de los ojos que escapan la angustia y la ansiedad (que seguramente es causada por negarse al llanto…es que no es de personas adultas llorar…), las lágrimas por ser agua lavan lo que parece sucio, oscuro o embarrado y le permiten ver con otros ojos …aunque irónicamente los suyos estén empañados…
Pero lo mejor de llorar es el alivio…cada suspiro es como un tirón a ese nudo que le comprime el alma y se va desatando dejándola libre de esa presión…y siente como una flojedad en el cuerpo, un abandono, un vacío…

Después del bálsamo de las lágrimas viene lo más difícil…no quedarse solo en el llanto sino buscar la manera de que esa angustia no vuelva a apoderarse de ella…quizás eso le produzca nuevamente ganas de llorar, pero entre lágrima y lágrima se van borrando algunas penas…
Por eso no le avergüenza confesar que a ella le gusta llorar…
Patricia

miércoles, 1 de junio de 2011

Tristeza...una palabra con sombras...


Tristeza es una palabra que me atemoriza…aunque suene muy dulce al oído y me guste por la variedad de sus grafemas es de esas palabras a las que temo…
Igual que el anochecer, la tristeza empieza oscureciendo la realidad, de a poco, muy suave. Como una tímida sombra que va penetrando por las ventanas del alma, se va colando despacito en cada habitación, en cada rincón de la vida hasta dejarnos en una completa oscuridad que no nos permite ver lo que nos rodea. Es en esa noche oscura donde nos engaña con fantasmas y con ruidos extraños que ahogan a las palabras de ánimo que nos da la vida…la oscuridad nos acurruca hasta convertirnos en parte de si misma, una sombra más entre sus sombras…
Pero como al igual que toda palabra tiene su antónimo, es que a cada noche le sigue el día…por eso para combatir la oscuridad de la tristeza prefiero la luz que me permite ver con claridad…y aunque el anochecer es parte de la vida como, la tristeza, sé que me espera siempre una nueva mañana y eso es lo que hace que cada noche sea solo eso, una noche que va a dar paso a un nuevo día…y la tristeza solo eso, un momento, necesario a veces, natural, pero vencido por la fuerza de la esperanza de un nuevo amanecer…
Patricia