lunes, 24 de agosto de 2009

PALABRAS A LOS NIÑOS DE LA CALLE

Casa Cuna

Flor de la calle

Me miraba aquel niño, y en sus ojos
Yo no sé lo que había;
Pero era hermosa su mirada, y dulce,
Y lastimera, y sollozante y fría.


Y lo llamé y le dije: no te asustes,
Quiero hablarte, querido;
Y se acercó temblando como tiembla
El pichonzuelo que perdió su nido.


- ¿Por que estás triste, di, por qué no juegas
Como los otros niños?
Porque desde que usted me hizo caricias
Siento en mí ser el hambre de cariños.


- ¿No tienes madre acaso que te quiera?
¿Perdiste ese tesoro?
Y con voz de amarguras infinitas:
- no sé si habré tenido, yo lo ignoro.


Y yo que tengo madre, entonces siento
Que huye de mi la calma;
Una congoja inmensa que me envuelve,
Un mundo negro que me oprime el alma.


-Flor que bañó tan sólo la amargura,
Sueña que soy tu padre,
Aunque mil besos de mis labios fríos
No valgan lo que un beso de una madre.

-Flor crecida entre cardos y entre escarchas,
Sin una primavera,
Flor sin padre, sin madre, sin hermanos,
Sin un ser en la vida que te quiera.

- Ven, más bella es la lágrima de angustia
Que en tu párpado oscila,
Que la risa falaz de tantas almas
Que sólo escarnio y perversión destila.

- Y te llaman vicioso, callejero,
Alma degenerada,
Porque haces travesuras que en sus hijos
Son tan sólo una gracia. . . una monada


- Ignorante, harapiento, sucio, vago;
Son esos los conjuros;
¡Cuánto mejor si en educarte dieran
Lo que ellos gastan en cigarros puros!


¡Ah, si en lugar del Rhin y del Champagne
Con que se brinda tanto,
Dentro de tu corazón viviente copa
Se bebieran las gotas de tu llanto! . . .


¡Oh, que dulce la vida entonces fuera
Sin chicos de la calle
Dando esencia las flores de la cumbre
A las que el viento arrastra por el valle!


Ven a mis brazos, ven, que aún en el páramo
Tengo pan en mi tienda,
Y te dará calor más que mi techo
De mi cariño la cristiana ofrenda.


Tú me darás candor, yo mis consejos,
Que en mis rápidos años
Aprendí a fabricar miel de esperanzas
Aún con hierba fatal de desengaños.


Toma otro beso. . . quiero que en tu frente
Se deshaga en amores,
Para alumbrar las almas egoístas
Y trocarlas en lámparas de amores.



ALFONSO DURAN

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