Tus palabras, tus frases, tus escritos son tan tuyos que no pueden ser de otro, parecen existir si las escribes…o en tu escritura renacen con nuevos sonidos, ignorados sentidos, diferentes significados…
Tus palabras, tan tuyas, me trasladan a un mundo mágico de sabores nuevos, olores extraños, colores increíbles, texturas inexistentes.
Tus palabras tienen el poder de hacerme odiar hombres que hacen temblar con la mirada, mujeres que predicen el futuro…me hacen adorar a niñas bellas que se elevan misteriosas hasta el cielo o que adivinan el pensar con solo verte…mujeres y hombres que pasan por la vida siendo sombras y otros que parecen ser la vida misma…mujeres que se regalan o se pagan y niños que pagando se hacen hombres…tenientes, curas boticarios, matronas y hasta abuelas desalmadas…
Tus palabras me transportan a pueblos polvorientos que duermen una siesta eterna a la sombra de los almendros…siempre con el mar oloroso y pantanoso o el río que traslada lentos buques de ruedas cargados de amores, odio o ilusiones.
Tus palabras se leen en las cartas o en los escritos de algunas creaturas por ti imaginadas, se leen en pasquines pegados en las puertas o en telegramas que llegan de otros mundos…
Tus palabras, tan tuyas, no pueden ser para mi indiferentes desde la primera vez que las dejé entrar, o que atropelladas, se metieron en mi vida abriendo en toda mi persona un apetito insaciable de tus obras…
Patricia
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