viernes, 6 de noviembre de 2009

Otra mirada sobre una palabra que atemoriza…

"No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo".
La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos.
La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura.
Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado".
Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.
La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia.
El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones.
Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía.
Sin crisis no hay méritos.
Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.
Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.En vez de esto trabajemos duro.
Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla.

...Este pensamiento se le atribuye a Albert Einstein, pero también se duda que sea el autor, por eso no lo coloqué como creador de la misma pero considero necesario aclararlo...lo cierto es que me gusta compartirla porque me muestra una mirada positiva de una palabra usada tan negativamente y como justificativo del deterioro social, político y personal...
Aprendamos a mirar las dificultades como una oportunidad de cambio, de buscar nuevos caminos, de movilizarnos...en definitiva de ponernos en movimiento...de crecer...

2 comentarios:

  1. Patricia MUY BUENO!!!!
    No se si estas palabras te sirven para superar la crisis, esta que como bien decis
    "No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo".

    CÓMO SUPERAR LA CRISIS `Palabras de consejo
    .La unión familiar. Incrementar la unión familiar completa: papa, mamá, hijos y, si están los abuelitos, mejor; siempre en un ambiente de respeto y amor, evitando los malos modos y la violencia.
    2.- La fidelidad conyugal. Decir sí a la vida y al amor. Amor es fidelidad para toda la vida. Decir no al divorcio y a las uniones libres.
    3.- Trabajo arduo. Ganarse el pan con el sudor de la frente. El dinero fácil se convierte en trampa y no da la felicidad. Evitar la corrupción.
    4.- Ecología familiar. No despreciar el pan, el agua, la luz. No contaminar. Dios no hace basura, recicla. La salud es la mayor riqueza.
    5.- Ahorro y austeridad. No gastar más de lo que se gana. Evitar comprar fiado y pedir prestado. Todo abuso se paga. Vivir con austeridad es un arte y una virtud cristiana.
    6.- Alegría de vivir. Disfrutar de las maravillas de Dios: la vida, la luz, el aire, el sol, el campo, la familia, los amigos. Aprender a escuchar y conversar en familia.
    7.- Amor a la tierra. El trabajo es la continuación de la creación. Producir y hacer producir. Apoyar siempre a los trabajadores del campo.
    8.- Confianza en Dios. Reconocer el poder de Dios y de su Divina Providencia. Ser agradecidos de los que tenemos. Asistir a Misa los domingos. Dar a Dios y al César lo que les corresponde.
    9.- Oración en familia. Rezar juntos en algunas circunstancias: en la mesa, ante las dificultades, como acción de gracias. El santo temor de Dios es camino hacia la felicidad.
    10.- Ser solidario. No olvidad que hay siempre alguien más necesitado que nosotros. Tener algo que compartir y jamás negar el pan a quien padece necesidad.

    Consejos que el Obispo de Queretaro, Monseñor Mario de Gasperin a las familias para superar la presente crisis de valores, de economía, de personalidad, de familia.

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  2. Patricia continúo aportar al cambio en épocas de crisis.
    CAMBIO EN EL HOMBRE( varón)
    • ¿No estás harto de tener sólo cuatro o cinco temas de conversación (mujeres, política, fútbol, economía, tecnología), temas seguros, donde nunca arriesgarás nada personal, temas protegidos, temas que, a fuerza de ser los únicos, te alejan de otros temas, de otra gente, del corazón de otra gente (mujeres, hijos, nuevos seres a conocer) y de tu propio corazón?
    • ¿No estás harto de ser un eterno adolescente, alguien que se niega a entrar en las etapas evolutivas de la vida, alguien que se convierte, mientras pasan los años, en la patética caricatura de un púber y que, por muy macho que se diga, no tiene coraje (o huevos, como te gusta decir) para emprender la aventura espiritual, emocional y cósmica de convertirse en un hombre de verdad, un hombre de los que el mundo, y las mujeres, y nuestros hijos, y los otros amigos, necesitan?
    • Si no estás harto, acaso cuando lo estés ya sea tarde. Si no estás harto, formas parte de una especie en extinción. También los dinosaurios lo eran, aunque no lo supieran, cuando parecían enormes y poderosos. . Otras especies serán prioritarias. Especies que no depredan, que no discriminan, que no se asesinan masivamente entre sí, que equilibran el universo.
    • Si estás harto, el momento de cambiar es ahora. No hay, no hay peros. Así, no va más. Me dirás que sí va, que mire quiénes gobiernan los países, quiénes están al frente de las empresas, quiénes rigen el deporte, quiénes manejan las finanzas, quiénes son los economistas que ven números pero no personas, quiénes inventan cada día una guerra para seguir vendiendo armas y robando petróleo mientras invocan causas inexistentes, quiénes mandan a morir a los hijos de otros, quiénes intoxican a nuestros hijos con comida chatarra, televisión chatarra, juguetes chatarra, ideas chatarra, quiénes no hacen creer que moriremos si no tenemos un auto, un plasma, una computadora de ultimísima generación, que seremos poca cosa sin una zapatilla que hasta marca nuestras pulsaciones, quiénes manipulan nuestra salud desde las corporaciones farmacéuticas. Miro y los veo. Son hombres insalubres, inoculados e inoculadores de un paradigma tóxico. Y son mayoría. . Estos hombres no son inocentes a esta altura de la historia, de las comunicaciones, de la sociología, de la psicología, de la información y del conocimiento, son imputables. No podrán decir que no sabía.
    • Por eso digo, hermano varón, que si estás harto sólo te queda el camino de empezar a cambiar tus conductas. No tus palabras, no basta con que cambies de discurso. Hay que transformar las conductas, las actitudes, los hechos. Y también las palabras. Quedarte en el discurso te hará imputable. El tiempo es ahora. El lugar es tu casa, tu trabajo, el espacio que compartes con tu mujer, con tus hijos, con otros hombres.
    • Es aquí y ahora, cada día en cada lugar. Ya. No te dejes engañar por esa mayoría de hombres que ves. Los varones somos, con el paradigma masculino hegemónico hoy vigente, una especie en peligro de extinción. Y esos tipos son los responsables. ¿Quieres ser como ellos? Yo no.
    • Me preguntarás desde dónde hablo, qué derechos me arrogo. Cuál es mi púlpito. Me identifico. Soy un varón de este mundo, de este tiempo. Un marido, un padre, un profesional. Un hombre que ha vivido ya más de la mitad y ha experimentado todos los mandatos del paradigma. Que hace tiempo ya no quiere más de eso.
    • Soy un hombre harto de estos hombres. Un hombre que tiene con ellos una cuestión personal, porque degradan mi sexo. Soy un hombre al que le duelen los tiempos que vive. Un hombre que tiene la visión de un mundo compasivo y fraternal, inclusivo, enriquecido por la diversidad, fecundo. Un hombre harto que sospecha no ser el único hombre harto.
    • Si también estás harto, nos encontraremos en el camino. Hasta entonces, un abrazo fraterno.
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    Sergio Sinay Libro “La Masculinidad Tóxica”

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